La exposición "Hitz-Enea"
Viaje a través de los nombres de las casas de Iparralde.
¿Quien habitó esa casa de Azkaine llamada Zapata Churienea? ¿De dónde viene el nombre Erremedio que presenta una fachada en Aldude? ¿Son del mismo color Etche berdea de Urruña y Etche Berdea de Garazi?
Estas son algunas de las preguntas sin respuesta que trata de lanzar, no de resolver, esta exposición, a través de un viaje por Iparralde desde Biarritz a Altzürükü, de Senpere a Ortzaitze visitando lugares llamados Bero Etchea, Ixilixila, Ttattola, Oren Urdinak, Singalantenea…
Se trata de un viaje a través de la onomástica, la ciencia que estudia los nombres de las casas y que en nuestro paisaje presenta una riqueza singular. En la cultura vasca, las casas y sus nombres han servido desde antaño para el trazado oral de los mapas más antiguos, cuando la cartografia de papel no existía. Oficios (Arotzena), apodos (Haserrenea), toponimía (Arrotz Bidea) han servido como referentes tradicionales a la hora de bautizar una vivienda, hoy sustituidos con mayor o menor acierto por otros que responden a una toponimia más abstracta como los deseos (Gure Nahia), los sueños (Ametchetan) el viento (Haizatua) o las estrellas (Goizeko Izarra).
Sea como sea, la riqueza e importancia de los nombres de nuestras casas sigue siendo excepcional, hasta el punto de que con ellas se puede caminar leyendo versos por las calles de nuestros pueblos y entrelazar un poema que viaje a través de las palabras de costa a costa.
A partir de una idea de Oskar Alegria desarrollada en colaboración con la villa de Getxo.
Agradecimientos: Jean-Baptiste Orpustan, Battittu Coyos, Joseph Errotabehere, Chelo de Bastida, Kattakin Totorika.