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La nuestra es una manera especial de estar en el mundo; nuestra pequeñez nos hace grandes. Tendemos puentes que nos vinculan al mundo, puentes donde las idas y venidas son constates. Actualmente, Euskal Herria está preparada para afrontar el futuro tanto en el ámbito cultural y económico, como en cualquier otro ámbito de la actividad humana. Contemplamos el mundo desde nuestra identidad. Nuestra lengua es antigua, la más antigua de Europa: el euskera. Y aún se mantiene viva. Hablamos también otras lenguas como el francés y el castellano, y además conocemos otras, porque vivimos en un mundo plural. Pero el carácter vasco nos concede personalidad y nos vincula a nuestra tierra. Entender la universalidad nos hace sentir orgullosos de lo que somos, porque ésa es la mejor manera de estar en el mundo: nuestro carácter vasco y forma de ser constituyen la base del puente que hemos construido para llegar al resto de pueblos.