El pianista Andoni Aguirre (Baiona, Lapurdi, 1984) ofrece conciertos por toda Europa, en la mayoría de las ocasiones como solista o acompañado por el violinista Kristi Gjezzi. Sus estudios Superiores le obligan a vivir entre Paris y Euskal Herria, y trabaja como profesor en la escuela de música de Baigorri.
A. A: Me acuerdo perfectamente de mi primer contacto con el piano. Eran las fiestas de Baiona y fui con mis padres a casa de unos amigos. Allí tenían un piano, en el desván. Lo encontré y comencé a tocar. Me acuerdo que descubrí el piano yo solo, mientras los adultos estaban de fiesta. Hasta que tuve 18 años aquel amigo me presté el piano. Después, me compré uno. Mi padre es músico, cantante. Hace 30 años formó el grupo Urria y para mi es un músico de gran valor. A mi madre también le gusta la música, y fueron los dos los que me animaron. Me gustaba mucho el piano, y tuve la oportunidad de profundizar en ello.
A. A: Entré al conservatorio Maurice Ravel de Baiona con 6 años, y, como todos, empecé con temas fáciles. Poco a poco, con 10-11 años, comencé a participar en certámenes internacionales, en París, Donosita-San Sebastián... En esos certámenes interpretaba piezas para jóvenes bastante conocidas: con 11 años no tocaba a Rachmaninov, pero los certámenes eran una buena oportunidad para mantener la motivación. Hasta los 18 años viví en Baiona y los inicios fueron bastante artísticos, practicando jazz y variedad de estilos.
A. A: Conocí al profesor Thierry Huillet en 2001, en un concurso de Baiona donde él participó como jurado. Gran pianista, compositor e improvisador, al año siguiente entré en su clase, en Toulouse. Después, estuve 3 años en el Conservatorio Superior de París, una época que fue realmente importante para mi, ya que supuso mi apertura artística. El profesor era joven (35 años), y entre los dos surgió una relación fructífera. Le admiraba, y técnicamente también me enseñó mucho.
A. A: En París estudié piano durante sólo cuatro años. Ahora estoy terminando mi formación de música de cámara. En julio, comenzaré los estudios para ser profesor, que durarán tres o cuatro años. Para mi es importante ser profesor, ya que no tengo mucha más opción. Ser solista no da como para vivir de ello.
A. A: Me gusta tener relación con los adultos y con los niños. Me doy cuenta de ello en Baigorri. Todas las semanas voy a la escuela de música y tengo buena relación con los niños. Aprendemos música de forma alegre. La verdad es que el resto del tiempo que toco el piano estoy solo. Como solista la vida no es tan emocionante.
A. A: Históricamente está claro que la música estaba vinculada a una élite. Pero nuestro trabajo es la divulgación, darla a conocer entre la gente. A mi me encanta coger el piano y tocar delante del público, Se dan cuenta de que yo soy muy normal, y que la música clásica no es algo de otro mundo. Autores conocidos por todos como Mozart, Beethoven o Bach son una buena base para dar a conocer este tipo de música. De ahí surge las ganas de oírla y practicarla. En cuanto a la práctica, veo que en Baigorri la trikitixa tiene más éxito que el piano. Eso está bien. A mi también me gusta mucho la trikitixa, y de más joven también la tocaba. Hoy toco más el acordeón, en un grupo de música. Pero, es verdad que tanto aquí como en todas partes, el piano es un instrumento vinculado a los adultos, el que te recomiendan tus padres.
A. A: Kristi es un violinista albanes de 19 años que vino a Burdeos con 4. LE conocí en el conservatorio de París, y hace 3 años formamos el dúo Plutón. Tiene mucho talento. Ha ganado varios certámenes internacionales, y en 2009 quedó tercerO en el Concurso Internacional de violón Pablo Sarasate de Iruña/Pamplona. A Kristi le encanta el músico. Como dúo, intentamos fusionar lo clásico con ritmos de distintas músicas del mundo.
A. A: La iniciativa pretende unir la música clásica y la cultura vasca, y hacerlas llegar a a diáspora. Por el momento, a decir verdad, nos está resultando complicado, ya que las Euskal Etxeak de Estado unidos no programan música clásica. Establecimos relación con las asociaciones vascas en San Francisco y Reno. Nos apoyan, y eso es ya una gran ayuda. Pero, aunque los proponemos nuestros conciertos, es difícil tener una relación profesional con las Euskal Etxeas de allí. Seguiré llamando e intentándolo a través de Internet, a ve si conseguimos dar un concierto allí.
A. A: He pasado una semana en el monte, en los Alpes, más para pensar que para practicar esquí. Tengo unas cuantas preguntas en el aire: ''¿Dónde quiero vivir: en Euskal Herria, en Alemania, en Italia...?''. Mis proyectos musicalmente son los siguientes: concursos, conciertos, el proyecto BasKlassics... muchas cosas. También tengo como objetivo ampliar mi conocimiento musical. Es un labor a larga distancia, pero no tengo prisa: tengo mucho camino por delante.
