Soka-dantzak

Es habitual que al finalizar las danzas de espadas o las danzas de troqueo, se baile el aurresku o la danza en cadena. Pero no siempre acompañan a las danzas de troqueo, a menudo se bailan solas.

 Zerain - Dantza-soka (2007 - Oier Araolaza / dantzan.com - CC-BY-SA)
Zerain - Dantza-soka (2007 - Oier Araolaza / dantzan.com - CC-BY-SA)
Estas esku-dantzas o danzas de manos, habituales en los bailes abiertos y romerías de antaño, se nos presentan ritualizadas hoy en día. Según el sitio, a la danza de cuerda se le da el nombre de aurresku, dantza-soka, gizon-dantza, karrika-dantza o esku-dantza, entre otros. Los ingurutxoak son el equivalente de las danzas de cuerda de la vertiente mediterránea y se bailan por parejas, en círculo abierto.

En la soka-dantza, los bailarines conforman una cuerda dándose las manos para salir a la plaza girando en el sentido contrario a las agujas del reloj. El bailarín que encabeza la cuerda, denominado aurresku (primera mano o mano de delante) tiene una importancia especial en la danza de cuerda. En el otro extremo de la cadena va el atzesku (mano de atrás), en última posición. Entre los dos dirigen las evoluciones del grupo y son los que realizan las principales demostraciones de virtuosismo a lo largo del baile. De hecho, esas mismas danzas que el aurresku baila dentro de la soka-dantza son las que, sacadas de contexto, se bailan a partir del último tercio del siglo XX en eventos, homenajes, protocolos, inauguraciones y eventos de todo tipo.

Aunque hoy en día el aurresku se conozca como demostración individual de honor, la soka-dantza ha mantenido su carácter colectivo. La guían y bailan principalmente los solistas, pero es el conjunto el que llena de significado la danza. El grupo de bailarines que entra de la mano en la plaza transmite una imagen de unidad y cohesión. Las danzas de cuerda se han bailado en actos de autoafirmación de la clase gobernante y como simple divertimento en romerías, pero la mayoría de las que han perdurado hasta el siglo XXI se bailan en contextos rituales o protocolarios.

Es habitual que las representaciones de danzas tradicionales de numerosos pueblos culminen con la soka-dantza. Las danzas de cuerda son también habituales como colofón a las danzas de espadas, a las de troqueo e incluso como último número de las de carnaval. Asimismo, son comunes en las celebraciones del día de San Juan, tanto antes o después de prender la hoguera en la víspera, como en el mismo día, con los honores del día grande de la fiesta. En ocasiones son los grupos de danza, en otros casos las autoridades locales, los representantes de las asociaciones vecinales, los jóvenes o los casados los que bailan su soka-dantza. Hoy en día la mayoría de danzas de cuerda son dirigidas por hombres, pero la investigación histórica ha mostrado que ha sido común que las mujeres interpretasen las soka-dantzas. A partir de esta constatación y a imagen de modelos que han pervivido, como es el caso de Garai, en algunos pueblos se están recuperando las danzas de cuerda femeninas.