Danzas de espadas

El 3 de mayo, día de la Santa Cruz y día grande de las fiestas locales, la ezpata-dantza concentra la atención de los habitantes de Legazpi.

Ezpata-dantza - Zumarraga (2012 - Oier Araolaza / dantzan.com - CC-BY-SA)
Ezpata-dantza - Zumarraga (2012 - Oier Araolaza / dantzan.com - CC-BY-SA)
Comienza el estío festivo, plagado de danzas de espadas, que continuará en las semanas siguientes con ezpata-dantzas en San Sebastián, Zumárraga, Tolosa, Markina-Xemein, Deba, Lesaka y Bera entre otros.

Junto a las citadas, en los últimos años varias localidades han recuperado y recreado sus propias danzas de espadas, de modo que hoy en día también se baila la ezpata-dantza en Elgoibar, Eibar, Beasain, Pamplona, Añorga y Andoain.

Estos ezpata-dantzaris usan espadas, pero no para luchar entre sí. Estas danzas de espadas son de estilo hilt and point o “empuñadura y punta”, conocido en muchas otras regiones de Europa. En esta modalidad, cada bailarín coge una espada por la empuñadura y otra por la punta. De esa manera, los bailarines construyen una cadena unidos por las espadas. Se les conoce como ezpata-dantzariak (bailarín de espadas), aunque muchos ni siquiera usen espadas verdaderas. En Deba y Lesaka usan palos decorados con cintas, en Tolosa alabardas y en Bera cuerdas.

Las espadas suelen medir más de un metro. Son mandobles, “esku biko ezpatak” o espadas de dos manos, porque hay que empuñarlas con ambas extremidades por su peso y tamaño. El grupo se organiza en dos o cuatro filas con sus espadas entrelazadas y un capitán une todas las filas en la parte delantera. Bajo las órdenes del guía, maestro de danza, líder o “maisu zaharra” (viejo maestro), el grupo ejecuta varias figuras coreográficas sin soltar las espadas. Para realizar los puentes, el capitán da media vuelta y marcha hacia atrás llevándose a los bailarines de la parte delantera, que levantarán y pasarán las espadas por encima de las cabezas del resto de bailarines. Los que vienen detrás harán lo mismo hasta que todo el grupo pase bajo el puente y quede mirando hacia atrás. Para efectuar los puentes se pueden turnar las filas o hacerlos con todas a la vez, y en algunos lugares, por ejemplo, en Deba, las espadas se colocan al ras del suelo, lo que obliga a los bailarines a saltar sobre las espadas.

Los puentes son las figuras coreográficas principales de las danzas de espada vascas. También se hacen arcos con cúpula para ofrecer una pasarela de honor a las autoridades u homenajeados. En las ezpata-dantza de Xemein y Legazpi se hacen también rosas. Los dantzaris construyen con sus espadas una estructura circular en forma de estrella y levantan sobre ella al capitán.

Las estructuras coreográficas mencionadas son comunes en las danzas de espadas de España, Francia, Inglaterra, Austria, Italia y Alemania, pero las vascas tienen un elemento distintivo. Los solistas suelen estar separados del grupo y, empuñando dos puñales o espadas pequeñas, hacen su exhibición al frente del grupo. Cabriolas, elevaciones de pies, giros en el aire y otros pasos que combinan fuerza y técnica se suceden en las danzas de estos bailarines de espadas. Los giros de los puñales en una y otra dirección son el colofón del espectáculo.