De los años 60 a la actualidad
En la década de los 60, comenzó un resurgimiento de la cultura vasca activado por Jorge Oteiza a través de la Escuela Vasca de Arte Contemporáneo. El grupo Ez dok hamairu hizó estremecer el panorama musical, y en la misma medida, el grupo de danza Argia revolucionó el ámbito de la danza.
Bajo la dirección de Juan Antonio Urbeltz, se puso en marcha una ingente actividad de investigación de las raices de las danzas tradicionales, de recogida y documentación del folclore propio de cada localidad, y de puesta en valor, recuperación y regeneración del legado coreográfico tradicional.
Hay algunos grupos que, tras realizar trabajos de investigación y recuperación, han adquirido renombre por la calidad con las que las presentan en escenarios y plazas. El grupo Andra Mari de Galdakao, por ejemplo, ha realizado un enorme trabajo estudiando, recogiendo y divulgando algunos repertorios de Vizcaya y Navarra. El grupo Ortzadar de Pamplona ha hecho lo propio estudiando y dando a conocer las danzas del folclore navarro. Euskal Dantzarien Biltzarra ha impulsado la protección e impulso de las danzas autoctonas, a la vez que ha tratado de ofrecer alicientes a los grupos de danza pueblos y ciudades.
Siguiendo el camino abierto por Saski-Naski, Eresoinka y Elai-Alai en la primera mitad del siglo XX, la tendencia seguida por Olaeta, Oldarra, Etorki o Schola Cantorum ha resultado prolífica. Suites inspiradas en danzas tradicionales, formas de bailar estilizadas que quieren acercarse a la estética del ballet, propensión a combinar canto y baile, y el uso narrativo de la danza son algunas de las características de ese modelo, en el que se pueden citar a Filippe Oihanburu, Koldo Zabala edo Gene Yurre, que han desarrollado su trabajo con Etorki, Oldarra y Kresala. Las versiones actuales de este estilo lo protagonizan Edu Muruamendiaraz con el grupo Aukeran y Jon Maya con Kukai, en una linea de trabajo en la que también ha incidido con anterioridad Mizel Théret.
La sombra de Argia (literalmente luz, en euskera) ha abarcado muchos campos en los que han florecido numerosas iniciativas. Claude Iruretagoyena, alumno del maestro labortano de danza Betti Betelu y participe del recorrido de Argia, ha desarrollado sus propios trabajos con la compañía Maritzuli. Iruretagoyena parte de la investigación coreográfica, combinada con un variado vestuario y una colorida puesta en escena para transmitir el legado cultural. Algunos de los trabajos de creación de Maritzuli han sido Ixtorio Mixtorio (1997), Ingura Mingura (2000) o Kutx ala Pil (2005) o Aurrez-aurre (2009).