El improvisador
El improvisador, hombre o mujer, mantiene al público expectante por su vivacidad de espíritu y su sentido de la imparcialidad, está bien enraizado en la sociedad, actualemente sus orígenes son diversos.
El bertsolari se presenta sin maquillaje, vestido como un día normal (sin traje especial, ni uniforme particular), su presencia en el escenario carece de efectos especiales. Manos a la espalda o en los bolsillos, el gesto no acompaña , salvo raras excepciones, a la palabra. En los concursos, en un campeonato o en las competiciones de las plazas, ningún signo permite distinguir su estatus social.
Estatus social
En el pasado, casi todos los improvisadores vascos tenían orígenes modestos, provenían del medio rural.
De ahí, que muy a menudo, tomaran como seudónimo el nombre de su caserío de origen, o a veces el de su pueblo natal : Juan-Francisco Petriarena llamado "Xenpelar" era de la casa de "Xenpelarre" de Rentería o Fernando Aire llamado "Xalbador" de "Xalbadorrenea" de Urepel ; Fernando Bengoetxea llamado Pernando Amezketarra era del pueblo de Amezketa en Guipúzcoa.
Bares y restaurantes eran sus lugares privilegiados para “echar sus versos”. A menudo eran analfabetos o bien con pocos estudios, después de beber divertían al público. En la época en que periódicos, radio y televisión no existían, el bertsolari era un personaje emblemático. Se inspiraba de todos los temas de la sociedad que comentaba con total libertad.
Con la evolución de la sociedad, la imagen del bertsolarismo y con más motivo, las características de identificación del improvisador han cambiado. Además, su origen es cada vez más el medio urbano y ha cursado estudios superiores. Asimismo, cada vez es más joven, ello es la consecuencia directa de la amplia enseñanza de este arte.
Hombre o mujer
En la larga historia del bertsolarismo, el hombre ha sido durante mucho tiempo el protagonista principal. Solo los hombres improvisaban en lugares públicos como bares, plazas, y en concursos y campeonatos.
Una de las grandes novedades en la evolución del bertsolarismo es sin duda alguna la aparición, y en gran número, de las mujeres en los campeonatos y su implicación en la organización. Una implicación en el sector público como en todos los demás sectores sociales y culturales hasta el día de hoy.
Capacidad intelectual
Aunque como en otros tiempos, sea analfabeto o con escasos estudios, el bertsolari demuestra tener un don y unas capacidades excepcionales: un espíritu vivo y reactivo, una memoria prodigiosa, confianza en sí mismo, un talento poco común.
Cuando se tiene la suerte de estar junto a bertsolaris o bien si se asiste a uno de sus competiciones, lo que más sorprende es la rapidez mental con la que improvisan. Hay que saber que no conocen el tema con antelación, versificar y cantar a la vez que se respeta el ritmo y las rimas es un ejercicio apasionante.
Además de tener una gran cultura y facultades creativas él (o ella) goza de una memoria excepcional, lo cual es sumamente útil para evitar la repetición de las palabras, pero sobre todo para encontrar las rimas.
Se puede nacer bertsolari, poseer las cualidades innatas indispensables, pero convertirse en un buen bertsolari… exige mucho trabajo.
Al respecto, Xalbador, en su libro autobiográfico, ''Odolaren mintzoa'', dice: "Ez dakit baden ofizio errexik, bainan etzaut iduri hau baino zailagoko aunitz baden munduan. Ez litaike ez hala! Oraino ere zonbaitek, eta nihaurek haur denboran uste bezala, dohain hutsez egiten balitz!'' (« No sé si existe un oficio que sea fácil, pero me parece que no hay ninguno más difícil en el mundo. Y como lo piensan algunos o como lo pensaba yo mismo en mi infancia, y eso si se hiciera estando sencillamente dotado”).